sábado, 31 de diciembre de 2011

Lo que queda prohibido para 2012

 Ya sólo queda un día para empezar un nuevo año, así que para pasar ese punto de inflexión de buenos deseos y propósitos aquí tenéis un bonito poema que leí ayer en una hoja pegada a una pared. ¡¡FELIZ AÑO 2012!!

Queda prohibido llorar sin aprender,
levantarte un día sin saber qué hacer,
tener miedo a tus recuerdos
Queda prohibido no sonreír a los problemas,
no luchar por lo que quieres,
abandonarlo todo por miedo,
no convertir en realidad tus sueños.
Queda prohibido no demostrar tu amor,
hacer que alguien pague tus dudas y mal humor.
Queda prohibido dejar a tus amigos,
no intentar comprender lo que vivieron juntos,
llamarles sólo cuando los necesitas.
Queda prohibido no ser tú ante la gente,
fingir ante las personas que no te importan,
hacerte el gracioso con tal de que te recuerden,
olvidar a toda la gente que te quiere.
Queda prohibido no hacer las cosas por ti mismo,
no creer en Dios y hacer tu destino,
tener miedo a la vida y a sus compromisos,
no vivir cada día como si fuera un último suspiro.
Queda prohibido echar a alguien de menos sin alegrarte,
olvidar sus ojos, su risa, todo,
porque sus caminos han dejado de abrazarse,
olvidar su pasado y pagarlo con su presente.
Queda prohibido no intentar comprender a las personas,
pensar que sus vidas valen más que la tuya,
no saber que cada uno tiene su camino y su dicha
Queda prohibido no crear tu historia,
dejar de dar las gracias a Dios por tu vida,
no tener un momento para la gente que te necesita,
no comprender que lo que la vida te da,
también te lo quita.
Queda prohibido no buscar tu felicidad,
no vivir tu vida con una actitud positiva,
no pensar en que podemos ser mejores,
no sentir que sin ti este mundo no sería igual.
Alfredo Cuervo Barrero

domingo, 11 de diciembre de 2011

Lugares mágicos

Dicen que hace siglos existían lugares mágicos, bosques encantados, montes míticos, islas con criaturas fabulosas y más allá de dónde señala el mapa dragones.... Esa magia fue desapareciendo de este mundo a medida que el hombre fue racionalizando las cosas, hasta que a día de hoy ya no queda nada, ¿nada? quizás no haya desaparecido del todo...  El otro día paseando por el pueblo pasé al lado del antiguo videoclub del centro, y pensé en como hace unos años cuando entraba en él sentía la sensación de asomarme a una ventana por la que podía acceder a esos lugares mágicos ya desaparecidos. Ver aquellas portadas de películas de aventuras, ciencia ficción o fantasía era el picaporte para abrir esa ventana a otro mundo. Ese videoclub desgraciadamente lleva ya varios años cerrados, ... como tantos otros.
Internet aunque tiene tantas cosas buenas, se está llevando parte de esa magia que había en el mundo; las cajas que contenían los video-cassetes o los cds de música, o los libros de papel con su peso y su olor característico conservan algo de esa sustancia mágica de las historias que contienen. Ahora ese soporte físico, está en la nube, quizás en esa nube de la que tanto hablan se ha quedado el hechizo.
Aún siento esa sensación cuando entro en una librería y ojeo tantos libros pensando en qué fantástico mundo podré sumergirme, quizás este me lleve de nuevo a visitar los Siete Reinos, o me lance en un viaje hiperespectral a la Fundación, o quizás pueda visitar por primera vez en Macondo.
También ciertos lugares del mundo aún guardan esa esencia extraordinaria, quedan castillos, palacios, santuarios y bosques con piedras y arboles milenarios donde fueron tan heroicos y románticos los hechos que allí se produjeron, que aún contienen la esencia que nos evoca otro mundo. Esta es una de las razones por las que me encanta viajar, poder descubrir estos lugares e imaginar aquellos sucesos.... y quedan tantos de estos sitios por encontrar.
Quizás sea en nuestros países tan civilizados dónde no encontramos la fantasía, precisamente porque estamos convencidos que no existe. Hace unos años compartía vivienda con un chico guineano, y a los compañeros españoles nos sorprendió la forma en la que creía en seres fantásticos y en la hechicería. Además afirmaba que todo aquello que contaba era algo real allí en su país, y por supuesto algo en lo que creía todo el mundo. Aquí sólo los niños creen en ello, y consideramos que deben dejar de creer para convertirse en mayores. Ellos son capaces de fabricar sus propios lugares mágicos, pueden convertir una roca en una montaña o un par de muros medioderruidos en un castillo. Y somos nosotros los que alentamos su imaginación, nos gusta que crean en los cuentos de hadas y por supuesto en los reyes magos, ¿por qué queremos que sigan ellos creyendo? ¿Por qué aún alentamos en ellos esa fantasía si sabemos que es falsa? Quizás insconcientemente delegamos en ellos la llave de la imaginación que no debe desaparecer de este mundo, ya que nosotros no somos capaces de llevarlas.
Volvamos a nuestra infancia y recordemos ahora aquella Bola de Cristal que salía en la tele y oigamos algo de su Magia ...